De Atenas a Barcelona

El lugar de nacimiento de la democracia y la civilización occidental, la joya de la corona, la Acrópolis, en lo alto de la meseta bajo un cielo azul bruñido. Sus mejores recuerdos pueden provenir de perderse en las calles serpenteantes del antiguo barrio de Plaka.

La luz del sol deslumbrante se refleja en cientos de casas blancas enmarcadas por los famosos molinos de viento Venecianos. Ingrese a un laberinto de callejones torcidos, originalmente diseñados para confundir a los invasores piratas. Usted puede tener la suerte suficiente como para chocar con la mascota de la ciudad el pelícano.

Un lugar de belleza casi mitológico. Después de anclar, ascienda los 895metros a la capital Fira – accesible en burro, teleférico, o un vuelo de 600 escalones! Vea el símbolo de Santorini, la Iglesia Agíou Mina con su característico campanario de cúpula azul.

Al igual que muchos puertos en esta parte del mundo, las ruinas arqueológicas que datan de la antigüedad se encuentran en todas partes. También hay cientos de gargantas alrededor de la isla y más de 1.500 cuevas terrestres y marítimas, incluyendo Elefantos, que destaca por sus notables estalactitas blancas y rojas.

Para conocer más sobre este emocionante puerto, consulte nuestra guía de Port Explorer.

Las mejores vistas están reservadas por los que llegan por mar. Las almenas blancas circulares del Castillo de Bellver se sientan en una colina con vistas a la imponente catedral Gótica, una maravilla que tomó 400 años para construir. Mallorca también está a la cabeza en perlas artificiales.

La dinámica Barcelona es todo acerca de la arquitectura, de los magníficos edificios medievales del Barrio Gótico al movimiento modernista tipificado por la obra de Antonio Gaudí. Aunque sus materiales eran de piedra y metal, sus formas eran orgánicas, inundado de curvas, remolinos y colores. Su obra maestra es la increíble Iglesia de la Sagrada Familia, colosal y aún sin terminar, aunque la construcción comenzó en 1882. Una contribución a la escena contemporánea es el post modernista Teatro Nacional de Cataluña de Ricardo Bofill, una imaginativa combinación de diseño clásico y moderno, con un invernadero como vestíbulo.